Y lo peor de todo es que el início fue porque Mas no consiguió Eurovegas…¿algún interés en particular…?.Del berrinche que se cogió -típico de niño mimado que se cree el centro del universo- apareció con:
Y, de
rabieta en rabieta (posiblemente porque
todos vieron el tufo de dicho acuerdo y, de paso, tapar su mala, malísima gestión al frente de la
Generalitat) organiza la gran manifextorsión…
Los voceros
catalibanes han proclamado por los cuatro costados la maravilla de las
maravillas el ver tantas banderas esteladas en la gran manifextorsión… A estos personajillos habría que recordarles
que una gran multitud y una gran cantidad de banderas no es sinónimo de
democracia, ni de razón, ni de humanidad, ni de respeto, ni de solidaridad, ni
de izquierdismo, ni de cristianismo, ni de…
sino más bien, de todo lo contrario.
Prueba de
ello es este muestrario de multitudes reivindicando con banderas y
panfletos su “lucha”…
Y NO POR
ELLO TENÍAN NI TIENEN RAZÓN, ¿alguien lo puede poner en duda?
Podríamos cantar (en vez del virolai) la canción… “Vamos a contar banderas, tralará… vamos aaa contaaar bandeeeeras… “ o la de “banderita tu eres gualda,
banderita tu eres…”
¡Vaya
cacao… ¿Tiene razón el que grita
más?. ¿Tiene razón el que lleva a la
calle más gente? ¿Tiene razón el que ondea más esteladas…? ¿Tiene razón el que
más tergiversa la historia? ¿Tiene razón el que más miente? ¿Tiene…
Si
alguien dice sí…¡Entonce, Hitler tenía razón!.
Espero
quede todo en aquello de “Chincha, rabia…. Catalibán envidioso…”
En España
existe una sobreprotección de los gestores públicos que es incompatible con una
democracia seria, y el Legislativo deberá emprender las reformas que permitan
distinguir nítidamente las responsabilidades políticas, que se sustancian en
las urnas, de las ilegalidades que han de estar perfectamente tasadas para
cargos públicos.
No se
puede proteger la conducta criminal de unos pocos con la excusa de que se
pondría en riesgo el prestigio de las instituciones, cuando ocurre precisamente
lo contrario, que si las instituciones no se empeñan en aclarar cualquier
sospecha que las afecte, pierden toda respetabilidad, y se consagra una
equiparación demoledora entre autoridades y los delincuentes.
Y
quien sufre de manera directa a estos catalibanes somos los catalanes habitemos
o no en Cataluña. No puedo menos que terminar con un:
¡Visca els catalans!,
¡Visca Catalunya!, ¡Viva España!
No hay comentarios:
Publicar un comentario