No hablaremos de Historia, hablaremos de….. “esteladas”:
Bienvenidos Benvinguts
http://elprincipatdecatalunya.blogspot.com.es/
Alain Minc, asesor político, economista, empresario y escritor francés,
en un artículo
publicado en La Vanguardia:
Un error fatal
Pocos extranjeros hay más prohispánicos
que yo y, entre ellos, menos aún que estén tan convencidos como lo estoy yo de
que Cataluña ha sido el estímulo de España. Estímulo en materia de
valores democráticos, de espíritu emprendedor, de apertura al mundo, de
dinamismo cultural… De ahí mi incomprensión y mi pesar por el error
fatal que se vislumbra en el horizonte.
[...]
Nadie sabe si la Europa federal existirá algún día. Con sus veintisiete
miembros, la Unión Europea y, con sus dieciséis miembros, la zona del euro son
construcciones sui géneris que nada tienen en común con una federación y cuyo
funcionamiento exige estados miembros tan fuertes como sea posible. Reconfiguradas
con una multiplicidad de pequeños participantes, estas construcciones se
necrosarían desde dentro.
Otra
idea fatal: la convicción de que la Unión, con Francia a la cabeza, acogería de
buen grado a una Cataluña independiente. Ya no estamos en los tiempos de la
Guerra de Sucesión de 1700, con una Francia que soñaba con una España débil.
Ocurre más bien lo contrario: a París le interesa una España fuerte para
reforzar el arco mediterráneo de la Unión ante Berlín y su hinterland en Europa
central. En cuanto a la propia Unión, sólo puede actuar como un freno para
cualquier iniciativa de independencia por miedo a un efecto dominó de un país
con problemas de unidad a otro, lo que la debilitaría dramáticamente.
Tercera idea falsa:
una Cataluña emprendedora y extravertida encontraría mejor su lugar en la globalización que a través del Reino de España. He aquí una ilusión infantil. No son Israel o Singapur quienes lo desean. Las empresas de una Cataluña independiente no se beneficiarían de un mercado interior potente, ni de un sistema financiero de primer nivel mundial, ni de una incubadora de alta tecnología como es Israel. ¿Por qué los grandes actores económicos tomarían el camino de Barcelona después de un espasmo de semejante violencia? A sus ojos, Cataluña sería sinónimo de riesgos, y las medidas fiscales anunciadas en el marco del actual pacto de gobierno constituyen, desde esta perspectiva, el peor de los mensajes.
[...]
Cuarta idea falsa: Cataluña se financiaría mejor en los mercados internacionales,
ya que estaría libre de toda conexión fiscal con Madrid, y sería más rica.
Sin embargo, esto presupone tener un crecimiento fuerte que alimente sus
presupuestos.
¿Cuál
sería el motor de este crecimiento? Ni el mercado interno, ni la inversión extranjera.
Si la economía catalana, ya sospechosa a los ojos del mundo, se estancara, no
encontraría ningún recurso en los mercados y debería ir a mendigar ayuda, pero
no a una Unión Europea de la que no formaría parte, sino a un Fondo Monetario
Internacional que la trataría con rigor. Es una infantilidad creer que las
dificultades actuales de financiación de Cataluña sólo se explican por un
desequilibrio fiscal con Madrid.
Quinta
idea falsa: la
creencia en la irresistible voluntad popular, la idea de que, ante una victoria
en un referendo, ninguna regla institucional se resiste. Es una visión muy
robespierrana creer que la democracia se reduce al sufragio universal. En
realidad, desde Montesquieu sabemos que el funcionamiento democrático impone a
la vez el respeto del sufragio y la aceptación de reglas de derecho. Un
referendo ganado unos puntos por encima de la mayoría no puede borrar los
límites que establece la Constitución española, el veto de no pocos estados
miembros, las reticencias de Bruselas…
[...] ¿Qué es un error fatal? Una
decisión, a menudo tomada en periodos de crisis, que tiene carácter
irreversible y cuyas consecuencias son incalculables. La independencia de
Cataluña se ajustaría, sin duda, a esta definición’.
Alain
Minc, asesor político, economista, empresario y escritor francés, en una
entrevista publicada en Ara:
[...]
Publicó un artículo muy polémico contra el proceso [secesionista] de Cataluña
en La Vanguardia titulado Un
error fatal.
No
era polémico, sino un artículo sensato.
Mucha
gente lo consideró agresivo.
No
era agresivo, me encanta Cataluña, me encanta Barcelona. Pero la idea de un
suicidio colectivo me espanta.
¿El
proceso hacia la independencia lo considera un suicidio colectivo?
Sí. Error fatal o suicidio
colectivo, como decimos en francés, insisto y lo firmo.
En
el artículo daba cinco motivos en contra de la independencia. El primero es que
no cree en un Europa federal.
No
hay nadie más federal que yo. Pero para existir dentro de una Europa federal
hay que tener una cierta medida. España sería un actor importante dentro de una
Europa federal, Cataluña sería un pequeño sello. Además, no la aceptarían. No
es aceptable que un Estado miembro de la Unión Europea se desmantele contra su
voluntad. No puede ser. Los catalanes [independentistas] sueñan. Han de
entender que si Cataluña se independizara y España se opusiera a su entrada en
la Unión Europea, no entraría. Si Cataluña se emancipa no veo a Madrid
diciendo: “Presento la candidatura de Cataluña en Bruselas”.
¿Rajoy
podría hacer como Cameron y autorizar un referendo?
Estamos
hablando de una situación bien diferente, usted lo sabe perfectamente. No veo a
los europeos ayudando al desmantelamiento de un gran Estado.
Ha
dicho que Francia no ayudará a Cataluña.
No.
Francia estima a Cataluña. Pienso que España debería de ser un Estado federal.
Pero Francia no debilitará a España para ayudar a Cataluña a ser independiente.
¿Cree
que la economía sería peor para Cataluña si fuera un Estado propio?
Evidentemente.
¿En
plena era de los mercados globales?
Los
mercados son mundiales, pero ¿usted cree que se puede conquistar el mundo desde
Barcelona si no se está en España y, especialmente, si no se está en la Unión
Europea? Es el provincianismo garantizado. ¿Cree que las grandes empresas irán
a un país que tenga tantas dificultades? ¡Esto es soñar! ¡Es no conocer cómo
funciona la economía!
[...]
¿Por qué dice que lo éramos? ¿Ya no somos [la parte más dinámica de la
Península Ibérica]?
Actualmente,
los inversores internacionales dudan antes de invertir en Cataluña,
precisamente por culpa del irredentismo catalán. Imagine que usted es un
inversor estadounidense o canadiense que quiere invertir en Europa y puede
escoger entre Cataluña, Baviera, Holanda. Con el lío actual, ¿escogería
Cataluña? Lo que no entienden los catalanes es que están jugando con cosas muy
graves.
¿Tiene
una explicación por qué está pasando esto ahora?
Porque, enfrentados a la crisis económica, en todo el mundo hay
una reacción defensiva, de crispación. En Cataluña se manifiesta con el
nacionalismo. En otros países se manifiesta con el populismo. Quiero decir que
si España estuviera creciendo un 5% al año y Cataluña a un 7%, este asunto no
existiría. La tendencia nacionalista sería la que ha sido tradicionalmente
estos últimos 30 años.
¿Está
diciendo que esto [de la secesión] es un sueño?
Una pesadilla. Si se confirmara lo que creéis [los nacionalistas], vuestro
sueño sería vuestra pesadilla.
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